Editorial
Una buena oportunidad
En épocas de crisis las sociedades modernas tienden a retraer el individualismo que las caracteriza. Cobran dimensión entonces aquellas acciones que procuran el bien colectivo y el mitigamiento de los efectos de esas crisis.
Hoy más que nunca, los estragos que la pandemia del coronavirus acarrea a la casi totalidad del mundo, obligan a la participación y el compromiso de cada ciudadano y de cada institución hasta la resolución de la desgraciada contingencia.
Creemos que crisis de semejantes proporciones, dejan indefectiblemente en la sociedad y en cada individuo, importantes enseñanzas, y reflexiones trascendentes. Cuando la emergencia haya pasado; tal vez sea posible que, tanto individual como colectivamente podamos asimilar y resaltar los valores de la cooperación, del sacrificio en aras del bien común, del compromiso general para el bienestar del prójimo, y la participación comunitaria para el mejoramiento del entorno de cada uno.

Si somos capaces de internalizar y asimilar esos valores – tan esenciales para la supervivencia común -, una vez que pase la emergencia, seremos capaces de construir una sociedad mejor, más colectiva y menos individualista; cada uno dentro de los ámbitos y entornos más próximos. De esta manera, el mal que hoy conmueve al mundo, puede convertirse en una magnífica oportunidad de empezar de una vez por todas a dejar de lado el accionar y los intereses particulares y abrazar causas compartidas para el mejoramiento de nuestro hogar común.
Teniendo en cuenta que el pescador en general y el pescador con mosca en particular recorre habitualmente miles de kilómetros en busca de las aguas objeto de su pasión, un proyecto novedoso puede ilustrar a modo de ejemplo esos desafíos y oportunidades. El proyecto de la Red Argentina de Monitoreo de Fauna Atropellada, es una idea simple, sencilla y contundente capaz de beneficiar no solo a miles de animales silvestres que anualmente son atropellados, sino también a cientos de conductores que resultan heridos o muertos en los accidentes viales que esos atropellamientos ocasionan.
En este mismo número, ofrecemos a nuestros lectores la oportunidad de participar en forma directa de este proyecto, la oportunidad de asumir un compromiso colectivo para mejorar el mundo que nos rodea. No son necesarios aportes económicos, ni esfuerzos o recursos extremos, no es necesario invertir cantidades ingentes de tiempo ni tener conocimientos extraordinarios, solo es necesario adquirir una conciencia colectiva y aprovechar la oportunidad que este proyecto y otros similares ofrecen.
Solo una conciencia colectiva y un compromiso con el semejante serán capaces de sortear las dificultades que un mundo individualista e insensible proponen. Solo una conciencia colectiva podrá frenar la crisis como la del coronavirus y otras que seguramente llegarán en el futuro.
Comite de redacción