Editorial
Una luz entre la niebla
En medio de tanta malaria, de tanta noticia desalentadora, una luz de esperanza asoma entre la niebla. En el pasado mes de Julio, la provincia de Tierra del Fuego, aprobó “por unanimidad” la ley que prohíbe en todo su territorio la industria salmonera, es decir la cría de salmones en cautiverio para consumo humano.
Tierra del Fuego se transforma así en el primer país del mundo, en prohibir el cultivo industrial intensivo de salmones. El trascendental hecho recuerda el “No a la Mina” del año 2003 en Esquel, otro hito en la defensa ambiental del planeta, aunque este caso resulta más significativo aun, pues resulta mucho más difícil para el ser humano en general internalizar el daño que un alimento tan preciado como el salmón es capaz de producir, así como los estragos ambientales económicos y sociales, tan graves o más aun, que el producido por el uso del cianuro en la minería.

Las industrias productoras de salmón se cuidan muy bien de pregonar los daños que causan al medioambiente. En este mismo número ampliamos con más detalle algunos de ellos y las consecuencias directas sobre las zonas de explotación y sobre sus poblaciones; el Magazine Digital Mosquero entrevista a un pescador que visita regularmente una zona salmonera en el sur de Chile, y puede dar testimonio de primera mano sobre las consecuencias sobre el ecosistema de uno de los lugares más prístinos del mundo. La misma ilusión que la explotación salmonera produce en las poblaciones en cuanto a los beneficios económicos y a la mayor oferta de empleo, se produce también en la pesca deportiva. En efecto, que pescador con mosca no soñó alguna vez con un enorme salmón Chinook enganchado en la punta de la caña, que pescador no exhibiría orgulloso una fotografía cargando con esfuerzo un enorme pez entre sus manos luego de una lucha titánica?
Sin embargo, pocos pescadores alcanzan a vislumbrar los daños y perjuicios que esta pesca está causando. Hace escasos años (poco más de 20), nadie había escuchado sobre enormes peces de entre 6 y 30 Kg. remontando los ríos para desovar y después morir; mucho menos sobre la posibilidad de pescarlos deportivamente.
Enseguida los pescadores comenzamos a buscar información, sobre técnicas, equipos y lugares de pesca; empezamos a soñar con capturas de trofeos extraordinarios sin imaginar tan siquiera las implicancias subyacentes que la presencia de esas nuevas especies traía. Pocos o ningún pescador pudo notar como a medida que aumentaba la presencia de salmones en los ríos, disminuía la cantidad y tamaño de truchas salvajes (a estas alturas autóctonas, luego de más de un siglo de adaptación) y otras especies locales. Las potencias industriales del planeta han encarado desde hace tiempo la erradicación de sus propios territorios de industrias poco sustentables hacia otros ambientes, en otras palabras; mantienen el negocio pero trasladan los efectos perjudiciales hacia otras zonas siempre ávidas de recibir inversiones y empleo, pero poco conscientes que en el mismo “paquete” llega la destrucción de ámbitos prístinos, que finalmente también terminarán con esas inversiones y esos empleos.
Tal es el caso por ejemplo de la industria maderera, la del papel, y la de la minería con sustancias tóxicas entre otras.
Una vez que los recursos se agotan, o se agota la rentabilidad económica, las industrias se retiran dejando tras de sí, enormes daños ambientales, al tiempo que la inversión y el empleo desaparecen del mismo modo.
Deportivamente la introducción de nuevas especies que escapan de las jaulas de cría, producen desequilibrio ambiental extremo, terminando con especies o adaptaciones locales. No se ha dimensionado aun, la pérdida económica en términos de turismo de pesca, de empleos en términos de guías y establecimientos o en términos del comercio de equipos e indumentaria de pesca.
Definitivamente, la medida proteccionista implementada por la provincia de Tierra del Fuego, intenta morigerar los daños sobre el medioambiente que la industria salmonera produce, daños que la mayoría de la sociedad no alcanza a dimensionar o peor aún daños que se empecina en desconocer frente a urgencias e intereses de corto plazo.
Comité de Redacción